Ida y vuelta

sábado, mayo 27, 2006

Más seres odiables

Es un tipo joven, negro, con sus gafas de sol y su ropita chula. A primera vista no parece que pueda resultar uno de esos personajes que te gustaría matar por no respetar las normas implícitas de convivencia durante la espera del bus. Pero desde un principio lo hace: es de esas personas que no sabes si hacen cola o sólo "pasaban por allí", se colocan a dos metros del que está delante y no se dan por aludidos cuando por detrás de ellos hay una fila de gente apretujada, hacen como si no existiera y comienzan a pulular por su pequeño territorio, sin importarles la cola pero ojo que sí están esperando el bus, como todo el mundo. Pero evidentemente este amigo no estaría aquí sólo por eso (hay demasiada gente así); es más, ese hecho es comprensible, disculpable e incluso justificado: seguramente no querría que el tipo que tenía delante se comiera los cachos de uña que saltaban tras ser separados de los dedos por un cortauñas implacable.

El chaval estaba ahí, dale que te pego, parecía muy concentrado. Yo también lo estaba, en una revista que tenía entre manos, hasta que el sonido de uñas saliendo disparadas como proyectiles llamó mi atención. No podía ser verdad, me resistía a creerlo. Tenía que comprobar que era cierto (maldita curiosidad), así que intentaba echarme a un lado y girarme, poniendo en peligro mi integridad física ante la previsible lluvia de esquirlas de queratina. Por suerte, ahora el tipo estaba limándose las uñas, un enorme pulgar negro con una uña rosada en el extremo y astillitas blancas en el borde. Da grima, sí, decídmelo a mí. Efectivamente, vi en su otra mano el instrumento fatal, con lo que mis sospechas se corroboraron.

Lo más curioso de todo es que el tipo de vez en cuando echaba miradas, como vigilando que no nos diéramos cuenta de lo que estaba haciendo. Incluso poco antes de que abrieran la puerta del bus se despegó un poco de la fila y dio un pequeño paseo por ahí, probablemente para rematar su trabajo. Enseguida regresó triunfal para meterse en el autobús y aquí no ha pasado nada. Eso sí, seguro que nadie le miraría por tener las uñas largas.

4 Comments:

  • Pero reconócelo, luego te sentaste a su lado.

    By Anonymous Anónimo, at 2:17 a. m.  

  • Marcos, ¿ Estos frikis de dónde cojones los sacas ?

    By Anonymous Anónimo, at 12:35 p. m.  

  • Yo sólo puedo decir: qué asco.
    Bueno, tambien puedo decir que me han avisado del contenido del texto pero como soy así de machota, me he atrevido a leerlo.
    En fin, tengo el cielo ganado....

    By Blogger Imogen, at 5:18 p. m.  

  • Mira que yo no me encuentro gente así...

    By Anonymous Anónimo, at 11:47 p. m.  

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